Al morir el jeque, ordenó que se distribuyeran sus camellos entre sus tres hijos de la siguiente forma: la mitad para el primogénito, una tercera parte para el segundo y una novena para el más pequeño. Pero resulta que el jeque sólo tenía treinta y cinco camellos, con lo que el reparto se hizo realmente difícil, pues no era cosa de cortar ningún animal. Los tres hermanos estaban discutiendo, cuando ven llegar a un viejo beduino, famoso por su sabiduría, montado en su camello. Le pidieron consejo y éste dijo:
-Si vuestro padre hubiese dejado 36 camellos en vez de 35 no habría problemas.
-Cierto, pero sólo tenemos 35- respondieron los hermanos, a lo que el beduino contestó:
-Tomad mi camello, haced el reparto y no os preocupéis que nada perderé yo en la operación.
¿En qué se basa el beduino para afirmar tal cosa?
Al final los hijos del jeque quedan contentos con el reparto porque salen ganando y el beduino recupera su camello y gana otro que le regalan los hijos de lo satisfechos que quedan con el reparto.
¿Cómo es posible?
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Otra explicación :
Este curioso resultado proviene de ser la suma
1/2 + 1/3 + 1/9 = 17/18
menor que la unidad. De modo que el reparto de los 35 camellos entre los tres herederos no se habría hecho por completo; hubiera sobrado 1/18 de 35 camellos. Habiendo aumentado el dividendo a 36, el sobrante resultó entonces 1/18 = 2/ 36, o sea los dos camellos referidos en el reparto.